Mesopotamia es un libro cuyas páginas trazan la rosa de los vientos. Sus cardinales son la trahumancia al Norte, los días arcanos al Oriente, el Reino Aftasí al Mediodía y las banderas lusitanas al Occidente; es decir, Cáparra, Belvís, Zafra y Marvâo; es decir, arqueología íntima, teluria, fuegos de alcazaba e intrahistoria.

Mesopotamia es la tierra entre ríos, la tierra cercana, un país que no tiene nombre y al que bañan Tajo y Guadiana, y le dan de beber y de vivir. Es la búsqueda de un estado mental. Un panal de sensaciones, un cuaderno amoroso de viajes dibujado en seis trazos, en seis capítulos que proponen un rosario de la vida.

Con la Nuba del agua Mesopotamia viaja a través de torrenteras, barragem y deltas interiores. Los Caminos trazan un paisaje que comienza en las calles de Hervás y transita por las emociones moriscas de Rabat-Salé, y por cordeles y territorios nómadas.

En Las Moradas Mesopotamia se hace casa y plaza chica, y cueva de contrabandistas raianos, y mapa de cal y añil alentejano.

Los trabajos y los días se transforman en laberinto de fortuna, y romería, y danzas de abril y martes mayor.

Con Los amores, la tierra entre ríos visita Alcántara y Santiago de Bencáliz, y hace noche en Castelo Branco junto a su Campo da Patria.

Los niños es una puerta abierta al futuro, a horas de nanas en Portalegre, a los ecos de valses menores en Évora, y a los juegos de Lucía, Ramón y Ana Julia junto a las piedras mágicas de Santa Lucía del Trampal, epicentro emocional y libro de estilo de Mesopotamia.

Pero Mesopotamia es también, y sobre todo, música; Los sonidos de la tierra y el murmullo del agua, y la algarabía de los niños, y las danzas de cortejo y amor, y el sonido de las campanas y el pasar de rebaños trashumantes.

Por ello el navegante podrá acompañar la lectura con la pieza musical que da título a cada una de las páginas de esta Mesopotamia del Oeste.

Las ilustraciones de Gerardo Ramírez vestirán de gala este recorrido por las arqueologías del corazón.

Bienvenido al concierto azul.